Monasterios, castillos o iglesias parecen lugares propicios para las apariciones fantasmales. Granada puede dar buena cuenta de ello. Lo que no es tan común es encontrar espectros en un bar de copas. El pub Granero, situado en el centro de la capital, no esconde a su invitado más especial.
Vasos que se rompen, susurros, sombras. Rafael Reyes, investigador de fenómenos paranormales en Granada, ha comprobado in situ estas presencias que se manifiestan en el sótano del bar y ha conseguido fotografiar al ‘fantasma del Granero’. “En la imagen de la fotografía se ve a un ser con capucha, posiblemente un monje. En el sótano se encuentra una presencia extraña. La carga energética del lugar es mayor a la habitual”, explica. Para corroborar aún más si cabe la existencia de fenómenos paranormales en el local, Reyes logró grabar tres psicofonías en las que pueden percibirse tres nombres propios: Elena, Isabel y Lorenzo o Prudencio, nombres con los que se ha ‘bautizado’ al fantasma del Granero.
Coincidencia o no, lo cierto es que una de las excamareras del local, de nombre Isabel, fue testigo de esta presencia fantasmagórica. Cuando la extrabajadora subía las escaleras que conectan el sótano con la parte principal del establecimiento, notó cómo le susurraban su nombre al oído. Pero allí no había nadie más. Antiguos camareros del local hablan también de “luces que se encienden y se apagan”, “sombras entre los arcos” e incluso “cedés que vuelan”.
La explicación que puede haber detrás de estos fenómenos paranormales que ocurren en el pub Granero se remontan a los orígenes del local. El actual bar era utilizado como granero del Palacio de Abrantes en el siglo XVI, un edificio que fue construido por el duque de Abrantes, uno de los caballeros que participó en la conquista de Granada con los Reyes Católicos. La cercanía del palacio con diferentes conventos hacen pensar a los investigadores como Rafael Reyes que el granero pudo estar conectado con ellos por pasadizos subterráneos, dónde pudieron tener lugar crímenes de religiosos.