El Realejo es un barrio con historia. Fue allí donde se asentaron los judíos, y donde, entre sus laberínticas calles, se encuentra el famoso lavadero de la Puerta del Sol, cubierto por unas columnas extraidas de una capilla que fue construida justo al lado. Esa capilla tenía adosado un cementerio, el de Santa Escolástica.
La capilla fue demolida y el cementerio olvidado, edificándose encima viviendas como el Carmen de las Ánimas, habitado hasta hace unos años por la familia Porto. Tres miembros de esta familia aseguran que han sido testigos de distintas apariciones dentro de la casa. En concreto, la de un borrego blanco y la de una mujer joven, rubia, con melena, y la cara redonda, justo como la madre de los hermanos Porto describía a la que era su abuela. Dos extrañas apariciones que se suman a una tercera, la de una fuerza que agarró el tobillo de uno de los habitantes de la casa cuando se encontraba frente a una puerta del interior de la casa, una experiencia que vivió la madre y un hijo de la familia Porto.